jueves, 20 de octubre de 2011

El Remisero Cubano


Días en los que quiero ir tomar una rica taza de café y quedarme hojeando revistas en un bar. Otros días, en los que estoy apurada y quiero que ese café llegue rápido, tomarlo e irme. 

Me pasa algo parecido cuando viajo en remís. 

Me convierto en


a) La pasajera copada, que para hacer el viaje mas entretenido termina conversando con el chofer y el tipo aprovecha para contarme cosas de la vida.


O en

b) La pasajera que simplemente quiere llegar a destino. La verdad que re buena onda con el chofer y se que le gusta hablar, a mi también me gusta hablar. Pero prefiero que el tipo se concentre en su trabajo y yo en mis cosas.


Ayer quise ser la pasajera b) pero fui a)


Estaba apurada, no llegaba a tomarme el tren así que me pedí un remís. 


Me esperó, me abrió la puerta, subí. Yo de antemano estaba con mi cabeza que pedía a gritos que me controle y que no le hable. No quería entretenerme en una charla, quería viajar y nada mas. Pero no pude, fue mas fuerte que yo.
La eficiencia se la llevó a Marzo, pobre, se equivocó de avenida, y tuvo que retomar el viaje por otro lado, preguntar por una calle. Yo quería llegar a tiempo, diera las vueltas que fuere.


El tipo era cubano, me contó de cómo llegó a la argentina, y entre mis nervios de ver si llegaba tiempo al laburo, lo escuché lo mejor que pude. Su historia valía la pena. No te encontrás con cubanos todos los días que te cuentan cosas grosas del mundo. Así que le gané a mi impaciencia y dejé que me siguiera contando un poco mas.
Me cambió mucho el panorama de lo que es Cuba, de lo que es la imagen del Che, personaje que el desprecia, su ideología de la política en latinoámerica, Silvio Rodriguéz, Pablo Milanés. 


Yo creo que como los periodistas, o mismo el artista, hay que saber estar en el momento justo y sacarle jugo a la situación.


El tipo se disculpaba, me trató como la mejor cliente, (¿era necesario?) hasta pensaba alcanzarme a casa la diferencia del viaje a casa, si es que me había cobrado de más (un amor). Pero bueno, me estaban esperando en el laburo y me tenía que bajar.


Llegué puntual, sin reproches de llegadas tarde. Con una charla terminada que quizá si estaba mas relajada y con mas tiempo, me hubiese gustado haberla podido disfrutar, por lo menos un poquito más.



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