viernes, 24 de agosto de 2012

Disfrutar

Es simplemente eso.

Hace banda que tenía ganas de sentarme de una buena vez a escribir el diario de viaje de mis vacaciones a Uruguay de este año. De vaga no quería sentar cabeza y ponerme a usar la creatividad y mi buen ingenio para armarlo.

El deseo fue mas fuerte que yo y revolviendo el cuaderno de las anotaciones, recordé un momento esencial de mi cortita estadía en Colonia.

Era un día despejado, hacía mucho calor y me encontraba sola pedaleando por la rambla de Colonia. Estaba un poco melancólica, no me acuerdo el motivo, era como que ni yo misma me podía soportar. Y un determinado momento una persona se acercó a mi a decirme algo que yo necesitaba escuchar.

Estaba muerta de sed y la botella grande de agua estaba vacía, estaba lejos de un kiosco, así que les pedí a unos señores que tomaban mate en unas reposeras en el frente de su casa si me la podían cargar. Era algo como sentarse y ver la vida pasar lo que sentí cuando los vi.

-¿Fría o natural? Me preguntó uno de ellos. El tipo tenía algo de 60 años.
-Si es posible, fría. Le respondí amablemente.

Entró a la casa y a los minutos me acercó la botella llena, con agua fría. Le agradecí. Nos pusimos a hablar de la vida. De porque viajaba sola y de porque no estaba de novia. Y fue ese segundo que la verdad se rebeló frente a mis oídos.

Hace unos años me preguntaba cómo las personas grandes podían llegar a ser viejas y todavía tener ganas de vivir. Debía estar un poco perdida en mi vida, pero lo pensaba realmente en serio. 

El tipo me dijo, te voy a dar un consejo. 

-Disfrutá la vida, no sabés lo lindo que es vivir.

Y ahí entendí todo.

Era tan gratificante que alguien me transmitiera esa sensación, porque va mas allá de las palabras, el tipo lo decía convencido. Y yo en ese día tan existencial, fue como un regalo inesperado. Tengo que admitir, que me dio ganas de vivir. Suena un poco gracioso. 

Y esa idea de DISFRUTAR empezó a dar vueltas por mi cabeza desde hace poco y a partir de ahí, me di el gusto de intentar disfrutar las cosas que se me iban a ir presentando. De sacarle el jugo a cada momento.

El diario de viaje costó mucho tiempo y esfuerzo, pero lo pude terminar y me siento tan contenta por el esfuerzo que puse en poner en vivo esa idea.

Cada vez puedo hacer mas real esta cosa de disfrutar. Es tan lindo poder tomar consciencia de cada momento, en una sociedad que hoy quiere que vivamos acelerados. Como que si uno vive rápido no puede disfrutar del presente, del aquí y el ahora. Y ese aquí y ahora, no se va a volver a repetir.

Vistánme despacio que estoy apurado decía Napoleón.

Mientras mas lento... mejor!











jueves, 23 de agosto de 2012

Y aquí estoy!

Hace como dos semanas que estoy sin internet en casa. Yo no se mucho de computadoras, pero la cosa es que la tienen que formatear, así que ahí está, en proceso de reparamiento, o reparación que va a rimar con conexión.

Es rara la vida de la desconexión (rimó finalmente). 

Es increíble como internet se está volviendo cada vez mas indispensable para vivir hoy en día. Es como que uno se vuelve parte de eso, porque si no la usás dejás de ser parte de algo. ¿Y qué será ese algo? Si bien, cada vez que puedo me escapo un ratito al ciber, pero no es lo mismo a que tener acceso todo el tiempo.

Tengo muchas cosas para compartirles y no se como. Me vienen pasando toneladas de experiencias tan lindas para contar que no se si voy a encontrar las palabras justas para poder transmitirles lo importante de esto que me viene pasando. 

viernes, 17 de agosto de 2012

Incomprendida

Complicado es para mi vivir en esta sociedad donde me siento tan extraña siendo sensible, o no sé, distinta.

Pareciera que estuviera mal, que yo haga una vida mas tranquila y nutritiva comiendo otro tipo de comida, buscando otro tipo de hábitos, pensado con otro punto de vista. En casa me siento así y en el mundo también...

Cuando estoy sola me siento tan libre. Pero en casa no pasa eso. Mi casa es como un micromundo que se parece a la ciudad. No encuentro todavía en donde refugiarme.

Y pienso en la cantidad de personas que me crucé en la vida con las que pude generar una conexión. Como un contacto que me dijo que yo también formaba parte del universo.

Y también pienso en la cantidad de artistas que hicieron grandes cosas porque pudieron seguir adelante con sus ideas, a pesar de que la gente los tildara de locos, raros, o distintos...

Y en el potencial que tengo para ser feliz. Salvo que todavía me falta resolver algunas cosas para despegar...

martes, 24 de julio de 2012

¿O es que el mundo se volvió loco?

No se si en casa las cosas son las que no funcionan, o es que hay algo que impide que las cosas funcionen.

Estoy. Sentada frente al monitor escribiendo en un teclado donde la mitad de las letras están borradas, es como un piano sin las ayuda memoria de las notas.


La luz de la lámpara del techo se rompió hace unos días, y sigue sin haber luz. Asique cada vez que me quiero sentar en la compu, pongo mi lamparita de 40 watts del velador y fin del asunto. Desde que pusieron el router, rooter, o no se como se dice, la zapatilla tiene un lugar menos para enchufar cosas. Y no está bueno. Ese lugar libre que queda, lo ocupa a veces la impresora, que se conecta y se desconecta según el uso. Ahora la peor parte se la lleva el dispositivo (¿así se dice?) de sonido. Los parlantes son dos, pero uno funciona, y ante la llegada de mis hermanas que me van a decir enojadas que me ponga los auriculares, como es de costumbre, desconecto el cablecito de los parlantes, y enchufo mis auriculares y así todos vivimos felices.
 ¿Qué es lo que pasó ahora?

El dispositivo de sonido, no funciona. No tengo forma de escuchar música en la compu. Sólo se puede  escuchar el ruidito cuando inicia de sesión la compu y listo, no mas.

¿Qué es lo que hago? Busco mi equipo de música y lo enchufo en el espacio libre (si es que no necesito la impresora) y problema resuelto. Bah, casi. Porque para escuchar tengo que limitarme a la radio, a discos algunos, o estar con la tarea de ir cambiando la música del mp3 para conectarla con el equipo.
También me limo de sacar el foco de la luz para conectarlo al del techo. Y digo, listo, conecto el velador en la zapatilla, pero no! ¿O enchufo la música o la luz? Gana la luz definitivamente. ¿Pero que pasa si quiero música e imprimir? ¡Aaaaaah!

Me pasa algo parecido con el mp3. No se si es un rechazo impuesto, o que yo le mando señales al universo para que las cosas se me rompan, o me ven la cara de boluda cuando me venden cosas. Pero en los dos mp3 que tuve, se me arruinó el cosito donde va el auricular. Asi que funcionan cuando quieren, del lado derecho siempre se escucha, pero de los dos lados tengo que sostener el auricula y es un bardo. Olvidate Tere de pedalear escuchando música, tengo que sostener el mp3 quiera o no. Me siento una pobre que no quiere comprarse otro mp3 por el cosito. Pero me da bronca. Hice una inversión de tiempo y dinero.

¿Estaré copiando el ejemplo de mi casa? Espero que no. Fuera malas energías.

Ah y para variar tengo esa facilidad para romper, sin ese objetivo, cosas que no son mías. Pero bueno, eso es para otro capítulo...

lunes, 23 de julio de 2012

Igual a igual

Hace mucho que no le pedía a mamá que nos juntáramos a hablar y dada mi circunstancia, aproveché para pedirle prestada alguna de sus orejas.


Estábamos en esas conversaciones, madre e hija... yo contándole mis dilemas, ella, como siempre, escuchando y después aconsejando. Y en un momento me di cuenta de algo. 


Me puse a pensar en el rol de madre, de cómo una madre debería ser para mí, y tratarla como esa madre idealizada en mi cabeza.


Fue raro, pero en fin, funcionó. Le dije lo que creía que esa madre tendría que decirme cuando le contaba esas cuestiones. Una hija enseñándole a su madre como ser madre...


Me sentí tan libre. Es lógico que los padres siempre nos digan cosas que no nos gusta que nos digan, pero mas allá de eso, hay una línea de afecto que nos conecta con ellos. Y eso es lo que importa. No se si tanto el consejo en sí. Es el hecho de pertenencia, de sentirme querida por ellos, de saber que van a estar y que van a apoyarme en ese aspecto. Que es lo que a mí me sirve de ellos.

Es como cambiar los lugares. Inevitablemente si yo cambio de lugar, su manera de mirarme va a ser distinta.

Y ahí es cuando el maestro se vuelve aprendiz y el aprendiz maestro. Es como una linea horizontal. Nada de pirámides, igual a igual.




jueves, 19 de julio de 2012

Coexistiendous con el capitalsmous

Me tenía que encontrar con Romi a las 20 en la puerta del Jumbo de Unicenter. Y como llegué temprano, aproveché esos minutos que me quedaban para comerme la manzana que tenía en la cartera.
Se hizo la hora y fui contenta terminando de comer lo quedaba así la esperaba a tiempo. Yendo para el lugar acordado me iba cruzando con personas con sus vacitos de café de Starbucks, conitos de helado de Mc donal's, y botellas de Coca Light y en mis manos yo, con mi feliz manzana.
Como veía que no llegaba, me acordé que tenía un libro, asique aproveché para leerlo en la puerta, mientras claro, personas con sus bolsas de compras y charlas sobre las cosas, paseaban por los pasillos del Shopping.
Escuché mi nombre, y era mi amiga que me llamaba. Saludo con abrazo de por medio,  aprovechamos para ponernos al día. Me contó que venía de comprarle el regalo a una compañera de trabajo. Y fuimos a dar una vuelta por el Jumbo para ver unas cosas de decoración, cuando en ese momento me acordé que no había verduras en casa, asique me llevé unos zapallitos que parecían muy apetecibles.
Al momento de salir, ella se iba para la parada del bondi y yo, al estacionamiento a buscar... mi bici.

Una noche bien anti capitalista. Comiendo manzana, leyendo, comprándome verduras y volviéndome a casa en bicicleta de un Shopping. Quién lo diría...

Me sentí tan bien al saber que puedo coexistir con tantas personas que tienen un concepto de vida totalmente distinto al que tengo.

Hagan la prueba, yo, me sentí una rebelde, y fue tan lindo!

jueves, 12 de julio de 2012

Días en los que...

me siento cansada, sin fuerzas, sin ganas.
el cuerpo me pesa, la cabeza también.
tengo un montón de pensamientos que me hablan y que necesito hacerlos callar.
me siento perdida, sin rumbo.
me cuestiono todo.
me cuesta ser feliz con mi vida en el ahora.
me cuesta valorarme y estar contenta por el camino recorrido.
me gustaría saber que es lo que quiero hacer con mi vida.
me digo cosas que no me ayudan a avanzar.

Días, días y días.

Que pasan, que me enseñan, que aprendo, que recuerdo, que lloro, que río, que siento.

días...

lunes, 9 de julio de 2012

Tratando de no escaparle al tiempo

Oficio. 

Ayer con unos amigos me puse a conversar sobre la literatura. Entre tema y tema nos pusimos a hablar sobre lo que escribíamos, sobre algunos libros en particular, autores que nos gustan, historias para contar.  

Y me puse a pensar en los diarios de viaje que empecé a escribir y nunca terminé, en los borradores no borrados que en algún momento me gustaría pasar de una vez a limpio y en los escritos pasados a la compu que me resigno a ordenar.

Es un trabajo inmenso ponerme a analizar bien cada cosa escrita. Ponerme a corregir, categorizar, ver si gusta, si no gustan, encontrar el lugar que ocupando en mi vida, si trasciende, si no.

Y también en el camino mas fácil para solucionar la cuestión. 

"Sería mas fácil morirme y que después de mucho tiempo alguien encontrara mis escritos y diría ''wow que buenas cosas, tienen un contenido importante de ideas, hay que publicarlas'''. En vez de yo hacer esa agotadora tarea."
Sería una forma de dejar que otro me valore, porque yo no me puedo valorar.

Pero creo que me va a dar mas satisfacción hacer yo esa tarea, en vida, aunque me cueste. Darle yo valor a mis escritos y ponerme las pilas y hacer ese "agotador" trabajo. Aunque ahora que lo pienso no creo que vaya a ser tan agotador, es ese peso tonto e inútil que le pongo para no hacerlo. Porque se que me va a abrir muchas puertas este desafío, me va a darme energía para seguir haciendo mas cosas. Darle un lado positivo al asunto, saber que me va a motivar, que me va a permitir comunicarme con muchas personas, porque es mi arte y porque vale.

Mismo los diarios de viaje, haciéndolos sería una forma de tener un recuerdo de que una vez viajé y ese viaje me trajo muchas experiencias para compartir.

Es eso mas que nada, valorar mi experiencia.

Y en eso estoy, tratando de no escaparle al tiempo.


miércoles, 27 de junio de 2012

Soltar

¿Porqué cada vez cuesta mas soltar una palabra de afecto?


Vivimos en una sociedad que nos interpone cosas para distanciarnos, o mismo a veces para diferenciarnos. Como disfraces a la hora de salir a la calle. Aderezos. Protecciones, ¿de qué?
Ropa que esconde nuestro verdadero cuerpo. Aparatos tecnológicos que nos alejan cuando estamos tan cerca. Condimentos que tapan el verdadero sabor de la comida. 


Quizás alguien me contradicería diciéndome que gracias al Skype se puede comunicar con su familia que está viviendo en otro país. Pero pensándolo bien, no sería mas humano aprovechar esa distancia para que el vínculo se fortalezca en el mientras tanto. Y así después en el reencuentro físico, se reconfirme el vínculo. Mismo en esa distancia, se podrían generar otros vínculos familiares ya sea con un vecino que desconocíamos, un amigo que hace mucho que no veíamos. Esa "familia" que no es de sangre pero no deja de cumplir la función de familia. 


En sí, trato de poner énfasis en la importancia del afecto físico. Un abrazo, un te quiero de palabras.


Y resulta contradictorio también para mí. Porque estoy rodeada de 6 hermanos en una casa y esa demostración de afecto la encuentro nula. Donde viven discusiones, quejas, culpas, sanciones. Y termino encontrando esa familia, que me alienta que me demuestra ese afecto vital, tan necesario para mí, en personas amigas. Con las que voy generando un hilo de afecto vía Facebook, y también comparto diariamente mis días viéndolos, que es lo mas importante.


Nos acomplejamos tanto que estamos perdiendo el hilo que nos conecta con las verdaderas cosas. Con la esencia del cuerpo en sí. Con la importancia de tener afecto, dándolo y recibiéndolo. Perdemos el tacto, y lo reemplazamos por aparatos. ¿Amar las cosas? ¿Es eso lo que la sociedad pretende de nosotros?


¿Porqué tenemos tanto miedo demostrar por medio de un te quiero el afecto? ¿No nos hace mas libres soltar y compartir la esencia de lo que somos? 


¿Porqué tenemos tanto miedo a dejar que nos quieran? ¿No es lo que nos hace sentir importantes y valiosos? 

Me pregunté un día...



martes, 26 de junio de 2012

Volver...

Es un momento en el que me siento perdida. Mientras algunos me dicen que me quede quieta, yo siento que me tengo que mover.

Trato de buscarme en cosas nuevas y no puedo. Me doy cuenta que es momento de volver.

Volver a los que nunca fallan, a los clásicos a los que van a estar siempre. Los que me van a devolver una parte de mí.

Personas que aparecieron en un libro, personas que se acercaron a darme una mano cuando las necesité, personas que compusieron notas y al escucharlas me movilizaron.

Es eso lo que necesito, un envioncito para volver a las pistas de la señora vida.

Estoy perdida pero se a donde voy. ¿Qué contradicción no?



lunes, 25 de junio de 2012

Que problema!

Buscar soluciones, no problemas.

Va mas allá de encontrar el quién (la persona culpable) es el causante el problema, habría que poner mayor énfasis en la resolución del mismo, o sea en el cómo. Después nos podemos preguntar el porqué para tener la raíz del asunto y poder resolverlo mejor. Buscar las posibles soluciones y elegir la mas conveniente y si no se resuelve buscar las otras.

Resolver el asunto mas allá de que haya o no culpable...




sábado, 16 de junio de 2012

Sábato

Volvés a aparecer en mis días.

La última vez fue mientras leía la introducción de Rayuela. Yo estaba atrapada disfrutando cada palabra y zás! Encuentro esa oración que llevabas anotada hace unas semanas en tu perfil del Messenger.

Hoy, te encontré en un señalador. En el señalador estaba escrita una frase de Sábato que decía:

"No se encuentra sino lo que se busca, y se busca lo que en cierto modo está escondido en lo más profundo y oscuro de nuestro corazón."


Y seguía así:

"Porque si no, ¿cómo el encuentro con una misma persona no produce en dos seres los mismos resultados? ¿Por qué a uno el encuentro con un revolucionario lo lleva a la revolución y al otro lo deja indiferente? Razón por la cual parece como que uno termina por encontrarse al final con las personas que debe encontrar, quedando así la casualidad reducida a límites muy modestos."


Es de "Sobre héroes y tumbas". Me la pasaste hace tiempo en una de esas charlas literarias, tan nosé, nuestras, podría decir. 

¿Será esa la forma de manifestarte en mis días? ¿A través de palabras no dichas por tu boca, mensajes entre líneas?

¿Que vendrás a ser en mi vida? ¿Será casualidad? ¿O destino?


miércoles, 13 de junio de 2012

Disparadores

Trabajo nuevo, cansancio, una taza de te que no se termina, el calor agotador de la estufa y un invierno que parece hacerse desear.
Miles y miles de ideas, que rodean mi cabeza para desarrollar.

Tu nombre, ayer descubrí que si leo al reves tu apodo se forma la palabra amar. ¿Casualidad? La infinidad de poemas que me niego a terminar por miedo a no tener mas de qué escribir. La infinidad de sensaciones que me generás. ¿Que estoy esperando para empezar?

La sociedad como puesta en play hoy en día. La cultura del consumismo. Los padres que visten a sus hijos como se vestirían a ellos, que les dan comida no sana para ellos. Me hace pensar que hoy en día los niños son la gran mina de oro para las empresas publicitarias, se los puede influir a ellos y a los padres. Parecen una extensión de los padres. Como una mascota a veces pienso. Que la visten le dan cosas, la sacan a pasear, lo usan de excusa para juntarse entre familiares y amigos y ponerse a hablar de ellos, de contar lo tan bien que van en el jardín.
Los niños no necesitan de semejantes fiestas para celebrar su cumpleaños. Su felicidad no radica en los regalos, ni en ropa de marca, ni en la cantidad de tortas. Pero eso les hacen creer. Porque sus padres, ya se olvidaron en donde encontrarla.
Plata, para que las cosas se vean mas atractivas a la vista se necesita plata. Una torta que llame mas la atención va a costar mas que una normal. Quizás sea la misma torta, pero va a dar mas ganas de comerla con toda esa decoración. Son cuestiones de apariencias. O la comés sencilla sabiendo que es una simple torta, o la disfrazas de algo que no es y crees que estás comiendo una linda torta.
Apariencias, de eso se trata. Ahora todos los niños en su izquierda de la ropa tienen el detalle de que dice que su remera no es cualquier remera, es marca ''super importante''. Y me hace pensar en las boludas de las madres que se las compran. Es una remera al fin y al cabo.

Pienso en esto: Yo trabajo de camarera en un salón, trabajo para gente con muchos recursos económicos, es decir, mucha plata. Gracias a esas personas yo tengo trabajo. Con esa plata voy a pagar mi futuro alquiler. Es decir, gracias a su trabajo pueden pagar el salón, donde me pagan por ser su camarera, y gracias a ello el día de mañana voy poder pagar mi alquiler.
En resumen con la plata de ellos, yo pagaré mi alquiler. Mientras siga trabajando, mi plata va a quedar guardada y sin movimiento. Porque el momento yo no estoy haciendo nada con la plata.
Si el dinero no hace la felicidad...
Podemos hacer que el dinero de esa gente no vuelva a sus manos. Si hacemos que las personas que tienen plata, compren nuestros productos (tírenme ideas) les retendríamos el dinero. Habría que hacer una forma de que estas personas no le compren a las empresas ricas, sino al contrario a las personas que quizá mas dependen del capital para subsistirse. Un mercado vertical de arriba hacia abajo, formaría un equilibrio y la clase baja lograría formarse, por ende la clase alta dependería de nosotros. Es eso, hacer que la clase alta dependa de nosotros, cosa que sucede, porque a ningún rico otro rico le serviría una café en un restorán.

Y me pregunto
¿De donde viene mi dinero y a donde va?

Mi dinero, en este caso viene de una profesora de química. ¿Y quién le paga a ese profesor de química, de donde saca la plata esa persona que le paga al profesor de química? ¿Que hace con el dinero el profesor de química?

Por otro lado, nada, pero nada que ver. Me pongo en el lado ecologista ¿vio?

De donde viene esa gaseosa que compro y a donde va el líquido que tomo ¿es nutritivo, es bueno, es sano? ¿a donde va el envase que tiro al tacho pensando que es mejor tirarlo ahí que a la calle?
¿quien nació antes el huevo o la gallina? Los residuos nunca debieron haber existido. Pero nos dormimos pensando en que tirar las cosas a la basura es lo mas ecológico y no!!! Los residuos van a incineradores o peor a rellenos sanitarios que contaminan mucho mas!!! ¿A quien se le ocurre hacer tan pelotudes?

¿De quien es la culpa entonces? ¿Del gobierno que no regula el tratamiento de residuos? ¿Del kiosquero que elige vender el envase? ¿De la gente que lo compra? ¿De la empresa que no notifica el detalle de la producción de su envase? ¿De la empresa que lo produce?

Y me pongo a pensar en la cantidad de edificios que existen en esta ciudad, la cantidad de personas que conviven en ella y no tienen idea de lo tan mierda, que unas personas con alguna gran cantidad de dinero, están dejando el planeta.

Las conclusiones siguen, ya me pondré con mas tiempo a vaciar la cabeza con la que tanto me  gusta imaginar.

lunes, 11 de junio de 2012

Dejarse ser...

Me gané el premio de la mujer que mejor sabe expresar en su andar, su estado de ánimo. Y eso no está bueno, a veces.

Siempre tuve ese gran dilema con mis supervisores en el trabajo. Cuando tenían que decirme algo malo, yo expresaba inconscientemente mi rechazo hacia lo que me reprochaban. Quizás esa era mi forma de contestarles. La realidad es que hoy en día me sigue pasando. Mismo en la relaciones, no puedo esconder mis sentimientos, no puedo ocultarme. Si me siento incómoda, se van a dar cuenta, si estoy feliz también. A veces pienso que me dejo leer fácil, y eso hace que muchas personas puedan juzgarme, porque les estoy contando con mis gestos, una parte de mí. Puedo también lastimar sin darme cuenta.

Por otro lado, siempre tuve la facilidad para conectarme con las personas, mas porque me gusta hablar y puedo encontrar de qué hablar y con quien, por curiosidad por conocer experiencias, por aprovechar al máximo lo que en la vida se me presenta. La curiosidad mató al gato dicen. So here I am!

Mostrándome así permito que se rompa lo que me limita con las ellas, es decir, dejo que las personas puedan ser. Y hay veces que no estoy de humor para ser tolerante con las personas cuando se muestran como son. Hay veces que es lo mejor es o yo ponerme un límite y así no mostrarme tanto, o que la otra persona se lo autoimponga.

El problema radica ahí, cuando -dejo ser- a la persona y esa persona no sabe frenarse, y me encuentro tratando de frenar eso que yo misma generé. Termino charlando sobre temas que no imaginaba, viviendo experiencias nuevas, que está buenísimo. Pero no tanto. Muchas veces una cosa va llevando a la otra y es mejor no dejarme llevar porque probablemente, pierda mi eje y termine preguntándome - ¿cómo llegué hasta acá? ¿qué estoy haciendo?- ¿porqué? rodeando en mi rulosa cabeza.

Las respuestas serían: por que me estoy dejando llevar, por curiosidad, por conocer, porque no quiero pensar, porque creí que era la mejor forma de aprovechar el tiempo. Lo mismo, la curiosidad me mata, pero también tengo que aprender a saber cuándo hablar.

O sea esta buenísimo no pensar y vivir el momento, pero hay veces que es necesario parar la marcha. Agarrar el machete interno, estilo mapa de viaje, y decir. -Pará, pará, pará! -¿a dónde era que tenía que ir? huy me pasé! ¿cómo hago para retomar el camino? listo, voy a tomar esa ruta! Ser honesta conmigo misma, y escuchar lo que me dicta el corazón. Y con globitos de amor también.
Es difícil viajar cuando no se tiene destino, he ahi el gran dilema! Habrá que buscar uno! O simplemente no viajar.

Y sí quiero conocerme a mí misma ¿Cuál es el mejor camino para hacerlo? Creo que no hay caminos para eso, tengo que ir descubriéndolos, y si creo que ese no es el camino, buscar otro.

En conclusión, ir tranqui, con mapa en mano, descrubriéndome de a poco, sin necesidad de llegar a extremos, teniendo claro el objetivo. Hablar cuando crea que sea necesario, tomarme el tiempo para frenar y para arrancar también.

Buscando mi kit básico de leyes para que sea mas liviano mi andar...



domingo, 10 de junio de 2012

La innombrable

Hoy desperté aturdida de imágenes que iban y venían por mi mente. Pensamientos, experiencias, ideas.

Pensaba en el valor de una sonrisa. En lo tanto que cambia un momento. Sonreí, que todo lo malo pasa, que las cosas se disfrutan mas, que podés contagiarla y que hace muy bien.

Pensaba en aceptarme, si sonrío también me acepto. Acepto que tengo defectos, que no puedo cambiar ciertas cosas de mí, pero puedo usar mis virtudes para defenderme cuando tenga que lidiar con ellas.

Acepto mis necesidades como mujer, como artista, como persona, lo que se que puedo darme y lo que necesito que me den, pensado siempre en lo inmaterial. Aceptate, vas a poder vivir mas liviana, vas a poder tomar el control sobre tu vida, vas a poder fluir y dejar que las cosas sean.

Pensaba en el infinito. ¿La vida no es eso? En el inútil sentido de las barreras, que me impusieron y que yo misma me impuse. ¿Para que? Si todo sigue, el camino a la larga no tiene final, las cosas nunca terminan de terminar.

Pensaba en la muerte. No es que me vaya a morir ahora, pero se que en algún momento me toque. Quizás nos preparemos para eso. Quien sabe. Pero bueno, como nunca sabré cuándo va a ser, me propongo vivir disfrutando cada momento como si fuera el último. No tiene sentido vivir pensando en el mañana, porque no estaría aprovechando el presente. Aceptar las cosas que se me presentan y sacar lo mejor de ellas, sería como sacarle jugo a la vida.

"No hay como tener lo que se desea en la mano" decía un personaje de una novelita que leí hace poco de Ángeles Mastretta.

Aceptar y disfrutar, es eso en resumen.


miércoles, 6 de junio de 2012

Siempre aprendí que chocarme contra algo, era la única forma de entender en donde estaba parada.

Pero hoy empiezo a sentir que a veces, no es necesario llegar a un extremo para saber con claridad cuales son mis límites. Por momentos creo que es necesario leer la letra chica que viene en las señales durante el camino.

Deténgase, mantenga la velocidad, vaya a la 90 km/h, tenga cuidado, cruce peligroso. Quizás sean algunas de las que pasé por alto. Esta vez nuevamente no pude reaccionar y pasó. Lastimé una vida. La mía.

Choqué, y volví a aprender. Pero ya no quiero chocarme mas. Quiero estar mas atenta antes de tomar una decisión.

Empiezo de nuevo.

Para volver al camino me va ser necesario hacer un chequeo, tomarme un tiempo para arreglar lo averiado, ver si las ruedas están bien infladas, cambiar el lugar de donde partir, la posición en donde voy a ubicarme.
Mapa en mano, ubicar el destino, trazar el recorrido.
Agarrar la mochila, ponerle cosas y que pese lo justo para cargarla con ella durante el viaje.
Sentarme cómoda, tomar el manubrio y arrancar, ir tranquila, frenar cuando esté en duda y continuar el camino, acelerar cuando sea conveniente, disminuir la velocidad en los momentos de cautela, escuchar a mi bici, ella va a ser la compañera que me lleve a hacia donde quiero ir.

¿Estamos listos?

miércoles, 30 de mayo de 2012

La escencia de las cosas

Terminé de leer La pasión según GH, de Clarisse Lispector. Libro que empecé el año pasado y no pensé que iba a terminarlo. Me exigía mucha concentración. Lo agarraba de a momentos. Y en uno de estos días lo retomé y lo terminé. Subrayé bastante esta última parte que quedaba.

La novela, cuenta la historia de una mujer de clase media alta, que al limpiar el cuarto de la criada, se encuentra con una cucaracha. Ésta es la que toma como hilo, para narrar lo que le va a ir sucediendo  después.

Empecé a leerlo cuando dejé una relación que no me hacía muy bien. Necesitaba otro punto de vista sobre la vida y llegó ese libro a mis manos. Me sentía muy identificada con la protagonista, porque como ella, yo también estaba cambiando. Me costó mucho seguirlo, ya que la escritora es muy compleja y da muchas perspectivas sobre un hecho en particular. Finalmente pude terminarlo y me sentí muy completa y realizada al hacerlo.

En uno de sus capítulos pone énfasis en la belleza. La belleza como aderezo para la vida. No se siente muy conforme con aderezar a las cosas. Dice que la belleza pone en cubierto la inocencia de las cosas, las cosas en su aspecto puro. No deja que las cosas se aprecien por lo que son puramente.

Y me puse a pensar y creo que estoy de acuerdo con ella. Usamos vestidos para esconder nuestros cuerpos, para que se vean mas lindos, se puede decir. Y para algunos mostrarnos en carne viva puede ser mal visto. Salteamos cebollas para una posible tarta, es decir, le sacamos el sabor picante que tiene para que el sabor sea mas suave. Nos tapamos de la lluvia, porque no nos incomoda que nos moje. Cubrimos nuestras uñas con esmalte, quién sabe para qué. Le ponemos azúcar al café, porque no nos gusta tomarlo  amargo. Tratamos de que el tacho de basura se encuentre en un lugar poco visto, porque si se ven los desechos "es un asco". Entre otras cuestiones.

También habla de sacarle el nombre a las cosas.

Me pareció interesante eso. Si uno le pone nombre a las cosas no deja que las cosas hablen por sí solas. No deja que las cosas simplemente, sean. Le ponemos nombre a todo para que cumpla con ciertas características, y para que forme parte de un algo. Y en realidad es contradictorio. Porque en sí, todos formamos parte de un todo. Etiquetarnos nos da mas seguridad, pero es eso lo que hoy la sociedad pretende de nosotros. Asociar las cosas con características, y no es tan así. Es marketing, creo.

La vida moderna me pone barreras que no me son necesarias. Y yo no quiero barreras, quiero mas contacto con las cosas, con las personas, sentir quizás la crudeza del mundo de una forma mas directa.

Y eso que estoy escribiendo frente a una pantalla, pero bueno, al fin y al cabo contradiciendo un modelo que no estoy del todo de acuerdo.

Mi conclusión es que vale la pena encontrarle el centro a las cosas, sacarle todo ese disfraz innecesario. Mismo con las personas, encontrar la esencia de lo que son y así poder apreciarlas mucho mas.

Es un camino que vale la pena probar, y ver que pasa. Creo que desde mi experiencia me siento mas humana, y conectada con lo que soy, mas profunda en ciertos aspectos, mas contenta con mi vida.

Quizá se necesiten menos palabras para poder apreciar el silencio.

Habrá que intentar, o no.



domingo, 27 de mayo de 2012

La infaltable

Voy a regalarte la pieza que falta,
a este rompecabezas
para armarse.

Dejar casilla en blanco
y así tener una excusa para buscarte,
cuando lo quiera completar.

Porque nada ni nadie
va a reemplazar el espacio
que ocupaste.

Vos y ese vacío
que tan bien
sabés llenar.

Será la manera que elegiré
conservar
a la que fui
y así poder encontrarme
cuando quiera volver a empezar.


Cuando necesite darme cuenta
que pasa el tiempo
y que me pongo grande.
Y que también arriesgarse,
es aprender a jugar.

Crezco,
inevitable.

Sos esa,
pieza,

la infaltable.


domingo, 20 de mayo de 2012

En silencio.

No estaba acostumbrada a que las palabras vuelvan a ser parte de mis versos, pensamientos que fueron y hoy los traigo después de mucho tiempo para que vuelvan a ser poesía.
Es aceptar una parte de mí que tenía escondida, me reencuentro, me busco, madurar siento, no es simple, esfuerzo. Empiezo, belleza de momentos que no pensé que existía en el recuerdo. Alguien alguna vez me dijo -Tere, estás creciendo-.

¿Porqué callo y no te digo lo que siento? ¿Porqué es mas lindo el silencio? Refugiada en lo mas profundo de mi ser, me tocás tan hondo que no puedo ser otra mas que yo.

¿Cómo hacés para saber mas de mí, de lo que yo se? Algo me detiene cuando estoy a punto de agarrar el celular para escribirte que deberíamos volver a vernos. Será porqué se no te gusta que hable mucho y en su defecto vas a pensar que estoy entusiasmándome y que no me estoy relajando. Será porque me pone nerviosa no saber cuándo va a llegar el mensaje que me diga que querés verme. Y yo quiero saber.
Siempre fui demostrativa para estas cosas. por eso insisto. ¿Cómo decirte que me das vuelta el mundo cuando me das un beso? Que me acelerás, que me generás mas cosas de las que mi mente puede explicar.
Es como un imán que me acerca a vos. Y necesito desglosarte delicadamente para poder descubrir que hay dentro de ese hombre que me derrite cuando se muestra con tanta vulgaridad. Quizás yo sea la que necesite desglosarse a través de tu cuerpo.
No veo la hora de que llegue el día de poder deshilarte. Punto por punto. Desprenderme del todo.

No tengo la certeza de cuántas líneas voy a dedicarte. Quizás me gustarían que fueran muchas, acepto que me gusta escribir sobre lo que surge cuando fusionan dos mundos. El tuyo con el mío.
¿Serás como aquél libro que me conquistó al leer su contratapa?
¿Cómo inesperar lo esperado?

¿Cómo hago para no llenar el espacio que dejás para que no ocupe?

Me desnudo frente a mis versos.

Y vos.

En silencio.



sábado, 19 de mayo de 2012

Poesía

Tiempo,

necesito tiempo para escribir poesía

que esta volviendo a nacer.

Me estoy enamorando nuevamente,

de mí.

lunes, 7 de mayo de 2012

Señor Cara Libro

Facebook arma mi vida en su sitio. Me vende felicidad. Y la compro a veces, pero no me satisface. Admito que me genera cierta emoción entrar y esperar muchas notificaciones y que cuando sucede me haga sentir un poco importante. Pero esa felicidad que compro dura unos segundos. Y ese hábito se vuelve a repite cada vez que pongo la tecla enter. Puedo entrar y no tener notificaciones, eso me desilusiona un poco, es lindo sentirse solicitado. Aunque después comprendo, que las notificaciones no son índice de nada. Mis relaciones sociales no se miden en una página de internet.

Facebook es mi medio para expresarme, comunicarme, una herramienta mas que tengo la suerte de usar.

Me puedo reír a distancia por la computadora con mis amigos, pero nada va a igualar el hecho de poder juntarme con ellos cara a cara y disfrutar de la buena compañía. Puedo ver muchas fotografías de amaneceres, de personas que se ven felices en una tarde en el río, pero nada se va a comparar el hecho de estar el contacto con la naturaleza en vivo y en directo. Por otro lado, si no tengo la posibilidad de viajar, puedo ver las fotos y en cierta forma de acercarme a ese paisaje que no puedo acceder.

También lo uso como medio de información sobre muestras, ciclos de cine, bandas que tocan, artículos que salen en del díario que me interesan y voces que quieren ser escuchadas.

También me vende cosas que no son; me hace comparar mi vida con la de los demás. Me incentiva a consumir a través de las publicidades tan molestas para mí, ubicadas siempre en la columna derecha, y también por medio de los usuarios. Usuarios que publican en sus muros fotos, o comentarios sobre los lugares, cosas, comidas que consumen, y veo eso, marcas que quieren incorporarse en mi vida.

La velocidad también está presente. Puedo sacar una foto e instantáneamente colgara a la web. Mostrar que estoy haciendo y como. Me acostumbro a leer y mismo a escribir posteos de 440 caracteres aproximadamente, y hacen que el hecho de ya ponerme a leer un noticia en un diario me resulte cansadora. Las novedades duran poco, y se renuevan constantemente.

Veo fotos de fiestas con personas y caras felices. Y a veces si no tengo la suerte de salir un día, y me encuentro con las fotos, me siento mal de no poder haber salido. Me genera un poco de envidia, admito, ahi es cuando recuerdo que mi felicidad no está en el Facebook.

Leo constantemente actualizaciones de estado sobre cosas que no valen la pena ¿para qué? Es un poco egoísta el funcionamiento. Pareciera que uno postea cosas para que lo feliciten, y uno así aumentar su autoestima. Armas algo virtual, recibís algo virtual.

Pienso que es un gran lugar para todos. Es una gran aldea para excusarse. Para los que necesitan un poco de atención, y la buscan, casualmente en este sitio. Para los que les gusta mostrarse, para socializar, para estar mas conectados con las novedades, con las curiosidades, para espiar vidas ajenas, siendo cual Susanita en Mafalda. Para no sentirse solos.

Para mí uso, es un espacio para los que amamos el arte. Para debatir, conectarme con personas de muchos lados. Compartir experiencias, aprendizajes, viajes. Un espacio de difusión y también un espacio para el ocio.


A veces Facebook se me torna en ilusión, porque puedo tener un momento de constante comunicación, muchas notificaciones, debates en grupos, manifestaciones de ideas, y es muy lindo. Pero llega un momento en el que el círculo se torna espiral, y me doy cuenta que la vida está afuera de todo ese sistema. El círculo hay que cerrarlo en algún momento. Armarme una vida plenamente en internet, significaría no encontrar herramientas internas para formarme como persona y pretender encontrarlas en una computadora.


Facebook, es como la mayoria de las cosas. Depende el contexto en el que estén rodeadas, puede servir o no. Depende como se use.

¿Y vos, porqué usas el Facebook?

lunes, 16 de abril de 2012

Mi cuarto...


Mi cuarto está desordenado, dos bancos no son suficientes para sostener el caos. La ropa esta perfectamente preparada para ser fotografiada en su mejor rebelde estado. Se manifiesta en contra de las planchas, de la limpieza, de los cajones donde suele descansar. Mis discos están fuera de todo esto. Los llevé al quincho por los festejos de mi cumpleaños y siguen todavía ahí. Cada uno en su caja, esperando ser trasladados hacia la sima de la cajonera. Se mezclan. Son abiertos en cuestiones culturales, no les molesta estar con nacionales, internacionales, blueseros, rockeros, o jazzeros. Será la razón por la cual apenas los acomodo se me cambian de lugar. También les gusta dormir en otras cajas. Pero esta vez yo les gané y no dejé que lo hicieran. Los controlo de vez en cuando.

No tengo ganas de bañarme esta noche porque estoy cansada. ¿Será mi pelo que le gusta la libertad, que le teme al pulso del agua?

Mañana curso y eso me gusta, me encanta ir al conservatorio.

Mañana tengo dentista, y eso no me gusta. Es un largo trámite hacerme un perno y corona. Era mas fácil sacarme la muela directamente evitando hacer el conducto y dejar un vacío existencial en mi encía. Pero ya estoy entregada a la corona. Chequeos, moldes, tiempo.

Mañana también voy al psicólogo. Que me hace pensar tanto, que a veces me dan ganas de dejarlo. Es luchar un poco en contra de mi corriente, enfrentarme con cosas que no se si estoy dispuesta a resolver. Me ayuda me entiende, por eso no lo dejo. Da buenos frutos.

Me cuesta hacerme el hábito de ejercitar.

Me gusta la vida que estoy teniendo. Tengo el gusto de conocer mucha gente, muchos estilos de vida, muchas vidas ya construidas. Me sirve para ver un pantallazo de como es el mundo y como quiero ser. Me desoriento porque me cuesta estar segura entre tantas caras grandes. Espejos nuevos para verme, para ubicarme también. Saber donde estoy parada y de ahí saber para donde ir.

Me encanta quedarme hasta las 2 de la mañana ya con un sueño encima y saber que mañana voy a tener que despertarme a las 9 para ir a cursar y tomar la prometida ducha. Me obliga a sentirme responsable de las decisiones que tomo. Entre ellas, que mañana voy a tener que aceptar el sueño que cargaré.  Sentir esas ganas de dormir un poco mas y recompensarme a la tarde con una siesta.

Cuestiones cosas, esta bueno desestructurarse, desencontrarse un poco para después reacomodarse y volver a empezar.

Al fin y al cabo yo también decido de que forma vivo mi vida, y eso me hace sentir bien.



sábado, 31 de marzo de 2012

Elogio a la lentitud

En el conservatorio donde estoy estudiando, mi profesor nos propuso como ejercicio que camináramos 2 cuadras todos los días, pero de forma lenta. Dice que al principio nos vamos a sentir tensos, pero durante el transcurso de los días, nos vamos a sentir mas relajados, y hasta nos va a dar gusto disfrutar de la lentitud de dar cada paso.
Y así, en el momento de tocar un instrumento, podremos disfrutar cada nota que tocamos, mismo también poder apreciar el temido silencio. Pero para que esto suceda, uno tiene que aprender a estar totalmente relajado, es decir  a estar en sintonía con su pulso.

Y empiezo a preguntarme, además de caminar, ¿qué cosas de las que hacemos todos los días se nos pasan de largo? El café de la mañana podría ser, uno lo toma tan rápido casi como si quisiera sacárselo de encima. La ducha matutina, también podría hacer. Lo que es un deber parece que se quisiera esfumar de nuestros minutos. Pero lo que no es un deber, no quisiera terminarse nunca.

Vivimos en un mundo que nos invita a que vivamos cada vez mas acelerados; comida rápida, servicios de información con constante renovación de imágenes, tecnologías que cambian y obligan a uno a cambiar. El microondas, que nos ahorra tiempo para calentar la leche en vez de tomar el trabajo de hacerla hervir con la olla, por ejemplo. El delivery, comprar por internet. Todo está al alcance nuestro. Parece que cada vez quisiéramos evitar el proceso, nadie quiere perderse de nada, nadie quiere esperar.

¿Pero que pasaría si empezáramos a hacer mas lentas las cosas? Si hiciéramos a un lado la tecnología, y nos centráramos más en el proceso. 
Habrá que probar, ver que es lo que pasa, cómo nos vamos sintiendo frente a esta nueva experiencia.

Yo por mi parte iré poniendo a luz lo que me vaya surgiendo en este ejercicio, al fin y al cabo todo sea con el fin de poder aprender a disfrutar mas a fondo la música.

jueves, 22 de marzo de 2012

La cena está lista mi amor

Y cuando la cena está lista, el comensal está bienvenido a sumergirse en el gran mundo de los sabores.

Si hay algo que me vengo dando cuenta en estos meses trabajando es que no me gusta ver comer a los clientes. El acto de ingresar un alimento en sus bocas es algo sumamente ordinario, único y privado. Es el momento de disfrute, mas si el que está comiendo, se encuentra solo. No se puede ser brusco a la hora de comer, hay que tomarse el tiempo para saborear, distinguir formas, olores y sentidos.

Por eso, la vista tiene mucho que ver en este proceso. Todo entra por los ojos, dicen por ahí, y por la nariz también. El color del alimento tiene mucho que ver con la elección del plato, es el que va a decirte -¡Mirame soy muy lindo y muy rico, elegime!- El olor ayuda a la elección, es el que se encuentra bostezando ni bien leemos la carta. Después, sigue el acto de elegir qué bocado llevar a nuestras bocas con la ayuda de nuestro fiel amigo el tenedor, o si es sopa, la cuchara. Una vez en nuestro paladar, la lengua se encarga de ayudar a sentir las texturas, y el olfato ya va a estar un poco mas despierto, después de tanto bostezo, asiente mucho mas el sabor del alimento. Lo mas importante es cerrar los ojos, y visualizar con los otros sentidos los colores del mismo. Usar los dientes para ir degradando el alimento, disfrutando cada movimiento molar, en compañía de la lengua. Envolverlo en saliva para que vaya quedando esfumado. La lengua da el último paso empujando el alimento para llevarlo al infinito y mas allá.
Un sorbo de agua puede acompañar con gran gusto el gran ejercicio mandibular. Y la acción sigue con otro bocado de la mano del tenedor, y de nuevo y de nuevo y de nuevo....

Alimentarse es algo tan personal que tengo una especie de contradicción, porque por un lado, respeto al cliente en -su momento- pero por otro lado, me llama la curiosidad la forma en que cada persona elige lo que va a comer, y cómo lo va a hacer.

A veces me pongo a pensar que estaría bueno tratar al alimento de la misma forma que nos gustaría que nos trataran. 

Y eso también me hace pensar, que el acto de alimentarse, es también un acto de entrega, que el placer es mejor ir saboreándolo de a poco para que cuando se termine el bocado, se vuelva mas intenso.

Abro los comentarios, y que la mente los lleve donde los tenga que llevar...

viernes, 16 de marzo de 2012

¿Sos feliz?

Juan me pregunta si soy feliz.


Una pregunta inesperada en un día que todavía, le faltan horas para terminar. 
Día que no había prometido mucho en una mañana fresca y despejada de marzo, y que, había resultado afortunadamente, en una serie de asuntos saldados, una bocanada de aire, entre comas y un principio de felicidad.


Asusta la pregunta. Siento como si dios me estuviera hablando por medio de este comensal. Preguntándome si estoy feliz con lo que tengo, con lo que no, con lo malo con lo bueno, con la vida que fui llevando, sus momentos bajos y sus momentos altos. 


Un pregunta simple. Difícil de responder si no se está del todo seguro. 


La respuesta es sí o no. 


Soy feliz le respondo, con absoluta seguridad.


Por su tono de voz, la forma en que observa el  lugar, y en sí su presencia que demuestra curiosidad, no parece ser oriundo de la pequeña aldea Martínez. Mas tarde me enteraré, por medio de la muchacha que lo acompaña que es de Río Cuarto, Córdoba, y que cuando viaja, pregunta siempre lo mismo.


¿En que se basa la felicidad? Me pregunto. 


Y vos... ¿Sos feliz?

jueves, 15 de marzo de 2012

Moldear

Como el  artesano que toma la arcilla para formar una vasija, o un escultor que primero visualiza la imagen que quiere hacer y de poco va sacando lo que sobra de material para hacer la figura que el desea. Así hago con mis ideas, para llevarlos a la realidad.

Primero los pienso, los visualizo, elijo los materiales con los que los voy a usar, de a poco los voy llevando a cabo, los moldeo para darles forma, sacando lo que está demás, y es lindo cuando eso sucede, porque cada vez que veo ese sueño se me hace mas real, lo tengo mas cerca y me da satisfacción.

Hay que avanzar, para que la obra termine, centrándose en los detalles, para que ese sueño sea mí sueño y no cualquier otro. Hay que tener paciencia, y fuerza para superar los obstáculos que se encuentren durante el proceso. No hay que aflojar, porque ese esfuerzo, siempre vale la pena.

Y acá estoy, dándole forma a mis ideas, mis sueños, y hasta puedo decir que a mí misma. Para que esa vida que llevo no sea una vida, sino que sea vida.


Moldear. Sentir la arenosidad del barro en mis manos, mancharme, ir dándole forma a las cosas, y una vez que tiene forma, esperar, ser paciente que la obra, va a encontrar por si sola su propio lugar.




viernes, 9 de marzo de 2012

Raquel

Raquel era la recepcionista que me recibía en el consultorio del psicólogo. Una mujer de unos 50 años, simpática, con arrugas bien llevadas y una sonrisa cálida que me hacía sentir como en casa. Una mujer con todas las letras, trabajadora, siempre con los ojos pintados, vestida coqueta y con la que daba gusto hablar de la cotidianidad.

Me acuerdo de la primera vez que le pregunté su nombre, y cuando me respondió, le dije que había un tema de Drexler que se llamaba como ella. Así también un personaje de la serie de T.V. Friends, pero en inglés (Rachel). Me respondió que era así la llamaban: Rachel, Reich, Raquel.

Por cuestiones de horario, dejé de ir a ese consultorio, pero siempre tuve el vivo recuerdo de ella. Se me pasó muchas veces mandarle saludos , por medio de mi psicólogo, pero me olvidaba, o se me pasaba de largo.

Todo vuelve dicen... nuevamente volví a mi viejo consultorio, y me acordé de esos mensajes que nunca le había podido mandar. Y justamente hoy, antes de empezar la sesión, prometiéndome que me iba acordar de decirle, le comenté a mi terapeuta todo esto que me había sucedido. Pregunté por ella, y esperando quizás otra respuesta, me respondió que Raquel, ya no estaba más. Que le había agarrado cáncer a mitad del año pasado y que había muerto a finales de noviembre.

Se trataba de una persona que por ese entonces, yo veía todas las semanas, llevaba una conversación fluida, y enterarme que ya no estaba mas, fue una sorpresa. Era una mujer que imponía respeto, quizá no tenía las grandes conversaciones con ella, pero sí la apreciaba mucho y con gusto la despedía cuando me acompañaba a la puerta.

Así que, donde sea que ella esté se la regalo desde la tierra...

viernes, 2 de marzo de 2012

Días y días (parte 2) "El remisero lamentado"

Continuando mi relato del remisero Cubano, que me encontré en una situación similar.

Me encanta hablar. Hablo para que el tiempo se me pase mas rápido, para entretenerme, para pasar el rato, para conectarme con otras personas, para aprender, para saber, para que me escuchen, para hacerme escuchar, porque me gusta.
No siempre encuentro las personas que me sepan escuchar, no siempre encuentro el momento para hablar, a veces las personas piensan que soy re -copada- porque les doy bola y les hablo, y en realidad es porque me gusta hablar, puede que no tenga interés de conocer a esa persona pero si de poder hablar. Eso si, me cuesta mucho callar.

La cosa es que teniendo una semana de mucho trabajo, decidí darme el gusto de poner el despertador un poco  mas tarde, y tomarme un remís al trabajo. Evitando así caminar a la parada del colectivo, esperar el tren y caminar.
Como estaba tranquila de que no tenía apuro, me di el gusto de charlar con el remisero, que parecía simpático, bah, los remiseros siempre lo parecen. Me sumergí en una charla común, sobre el tráfico de la panamericana, algo de político, y de lo que hoy significa su oficio.

Hasta que en un momento se desvío y tomó mal el camino, se disculpó y me dijo que no me iba a cobrar el extra, ya que el se había equivocado. Tal como el remisero cubano.
Me dio la sensación de que era un buen tipo, pero llegó un momento en el que fue tanta su constante lamentación que empezó a molestarme su actitud infantil*
Puedo parecer simpática y transmitir confianza, pero el tipo me pidió repetidas veces si lo podía disculpar. El tipo era un remisero y yo una pasajera, el tipo se equivocó desde el punto de chofer y yo como pasajera, no tenía nada que ver. El tipo escupía su error con tanta humillación, como que si disculpándose iba a solucionar el dilema.
Y bueno, llegué unos minutos tarde, y el tipo, seguía lamentándose.

A veces es mejor no hablar de mas, que cada uno esté en su rol y las cosas funcionen como tienen que funcionar habitualmente,

Perdón Cubano, hoy lo prefería a usted.

*Infantilicio, sería el término acorde, que no existe, todavía.

jueves, 1 de marzo de 2012

Mafalda

Cuando era chica y mis papás me dejaban, junto con mis hermanas, en manos de mi abuela Irene para que nos cuidara.
En la hora del almuerzo, nos preparaba casi siempre milanesas de pescado con puré de papas y junto a mi abuelo, veíamos "Almorzando con Mirtha Legrand".
Después se hacía la hora de la siesta, mis abuelos se acostaban y mientras, me quedaba haciendo la tarea, o cuando no tenía nada para hacer jugaba con mis hermanas al dominó, con el que también jugaba con Irene, cuando se despertaba.
Recuerdo que tenía la colección completa de la historieta Mafalda. Siempre la leía, pero nunca me llamó la atención para mis pequeños ocho años.

Pasa el tiempo, uno crece y empieza a ver las cosas de otra forma.

Tal es el caso que hace poquito, mi hermana le regaló a mi sobrina, de cinco, un cuaderno de Mafalda. Y me acordé de esos momentos cuando mi abuela me cuidaba. Tomé la primera hoja y comprendí todo. Mafalda por mas historieta infantil que parezca a lo lejos, tiene un contenido para grandes. Empecé a familiarizarme con este personaje, que a partir de su inocencia dice la verdad, habla desde unos niños -listos- que comprenden mucho mas que los adultos este mundo. La vida diaria de una familia tipo -clase media-. Era algo lindo que no me esperaba, y que llegó a mis manos sin darme cuenta.

Entre una de las cosas que anduve leyendo, esta sin dudas es la que elegí para compartir hoy.


lunes, 20 de febrero de 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

y me zambullí en las palabras de Fiódor

"Uno finalmente madura dejando atrás sus ideales de antes, que se esfuman como el polvo y se rompen en pedazos; y si no hay otra vida, es preciso construirla con esos mismos pedazos."  F. M. Dostoievski

viernes, 27 de enero de 2012

Haz lo que digo...

¿Qué tan fácil es decir las cosas? ¿Y hacerlas? Del dicho al hecho hay un largo trecho.
Me puse a ver con detalle ese punto. En las cosas que digo y en las cosas que hago. Y me doy cuenta que no siempre hago lo que digo. No es mi fin rendirle cuentas a alguien, ni tampoco un deber mostrarles mi forma de vivir. 

Desde chiquita me decían "no toques esto, no hagas lo otro, comé con la boca cerrada, usá esta fórmula para resolver tal ecuación."

Y creo que ahora, a medida que sigo creciendo siento que tengo esa necesidad de enseñar, de deciles algo a la generación que me sigue. No se si es algo inculcado por mis padres, por el entorno laboral en el que me encuentro o una cuestión de cultura. Empiezo a preguntarme si el hecho de enseñar o de decir tiene que ver con la edad. En la naturaleza lo vemos claro cuando una mujer tiene a un hijo y le enseña cosas del mundo para que después, cuando este crezca pueda manejarse sin necesidad de depender de ellos.

En lo laboral el jefe siempre tiene que decir, como parte de sus obligaciones, de su trabajo. Y me parece que hay algo que no está bien ahí. Porque, a lo largo -bueno no tan larga, valga la redundancia- de mi experiencia. La jerarquía mostró siempre poder, verdad, algo que es muy difícil de discutir. Algo que está impuesto.

Y me encuentro con varias conclusiones:

-Que el que tiene que decir no hace
-Que el que tiene que decir, no hace lo que dice (el famoso, haz lo que digo pero no lo que hago)
-Que el que tiene que decir, no sabe lo que hace
-Que el que tiene que decir, no sabe lo que dice y menos lo que hace

Entonces yo -empleada- empiezo a darme cuenta que recibo las órdenes de una persona que por sentir ese poder, es capaz de decirme cosas erradas e indiscutibles. Por ende, me convierto en la persona, que tiene que escuchar y hacer. 

Quizá mi ideal de trabajo sería tener de superior a personas que me transmitan esa cosa similar a la que hicieron y siguen haciendo mis padres.Que me ayuden a manejarme independiente como persona, a que crezca, que me sigan transmitiéndome los valores de la vida.

Entonces, cuando estoy en un lugar donde no me encuentro con estas cosas, donde veo jerarquía y mucho decir... Lo mejor que puedo hacer, es empezar a creer que el trabajo ideal si existe e ir en busca de el. Se que deben haber personas dispuestas a trabajar como se debe, donde la jerarquía es mas un hilo que conecta al empleado con el gerente, una cadena, donde cada eslabón es importante, donde todos los empleadores saben valorar el trabajo del otro y están dispuestos a ayudarse en sí cuando algo está mal. 

Seguramente sea esa convicción que me va a llevar a encontrarlo. 

Y empiezo a hacer oídos sordos en las personas que como los diarios, siempre tienen que decir algo. 

Y a escuchar un poco más a las personas que hacen lo que dicen y que además tienen algo que transmitir, es un poco como el arte. 


Y el arte me hace bien.


lunes, 16 de enero de 2012

Y enero sigue creciendo

Los 18 Argentinos que viajaban en el crucero que se hundió en la costa Europea se salvaron.

¿No es bastante marginal? Aplaudamos la vida de las 18 personas de Argieland y el resto de la gente, que pase a una vida mejor. ¿Desde cuándo nos volvimos tan despectivos hacia el resto?
Una realidad, los medios de comunicación tienen que decir algo. En cambio, los artistas, tienen algo que decir.

Larga vida al arte.

martes, 10 de enero de 2012

Sueños en el colectivo

Me encantaría tener mi propio lugar.

Cada vez que me tomo el bondi para volver a casa me hago la cabeza de que estoy yendo a mi casita. Donde me espera la cocina para preparar algo para la cena. Donde me encuentro sola, entre cuatro paredes respirando la libertad. Eligiendo; si quiero leer, si quiero hacer música, si quiero escribir, o si no quiero hacer nada.

Pero el bondi nunca llega a ese lugar.

Llega a la casa que comparto diariamente con 10 personas, incluyéndome. Mi familia. Lugar de contención, de afecto, de risas escondidas en los juegos de mesa. La heladera que se abre y se cierra, se vacía y se vuelve a llenar. No es que deteste mi casa, ni que odie a mis viejos, sino que simplemente necesito otros espacios. Ya no necesito compartir cosas, momentos, habitaciones ropa. Quizá si, pero desde otro ángulo. Desde mí elección, desde mí libertad.

Y siento que el laburo empieza a ser un peso, y no quiero que lo sea. Luchar por lo que uno tanto quiere cuesta, pero el camino se tiene que disfrutar, tanto como la cosecha.

Hoy en el 93 el chofer me dijo:
-Gracias por la charla!

Será realmente cierto lo que la gente me dice, esa capacidad que tengo de hablar con cualquier persona sin importar su género, raza, rango social. Me gusta hablar con la gente.

Mi cuarto está vacío.

Voy a hacer un poco de música.

domingo, 8 de enero de 2012

Uruguay, pequeña ciudad al este de mi Buenos Aires

Y me animé a cruzar el charco por primera vez. Muchos miedos que tuve que enfrentar, a mí misma, a mis viejos, una tormenta de emociones y expectativas se apoderaron de mi ser.

¿Experiencias, reflexiones, nuevas perspectivas de mundo? Es eso lo que intentaré volcar en estos días de Enero. Todo pero todo lo que me dio este viaje que realicé a la República Oriental del Uruguay.

Hoy, no voy a ponerme en el papel de cronista, simplemente quería recalcar el hecho de vivir -una cosa a la vez-. En el hostel donde estaba sentía eso.

Un poco de la rutina diaria era despertarme, cambiarme e ir a desayunar. Servirme las tostadas, el te, y comer una naranja. Sentarme en una mesa. Ponerle el saquito al te, esperar a que el agua tome color. Sacar el saquito de te. Tomar el azúcar, incorporarlo en la taza, revolver. Tomar una tostada, untarle un poco de manteca, y después agregarle dulce de higos. Y finalmente la naranja. No se porque me llaman la atención las naranjas. Las tomaba, las cortaba en forma tipo cuña y las iba comiendo de a gajitos. Era la primer conexión con la naturaleza que tenía en el día. Con lo jugoso, con lo pegajoso que te deja en las manos, el perfume, combinación dulce y ácida. 

Y después de disfrutar de los manjares, arrancaba la mañana. Con todas las actividades que me surgían:  recorridas por la ciudad, caminatas, charlas con la gente.

Ese simple hecho de desayunar. De arrancar la mañana y centrarme en algo tan simple. Darle un lugar y concentrarme solo en eso. Cosa que en mi vida diaria lo hago, pero a las apuradas.

Y me pongo a pensar en las miles de cosas que hago en el día por hacer y quizás no las disfruto tanto. se me pasan por la cabeza cuando tengo tiempo para mí, a veces quiero hacer todo y hago todo, pero no disfruto, no me centro en el ahora.

Vivir una cosa por vez, disfrutar, no adelantarse al futuro, porque a la larga el futuro, llega solo.