viernes, 24 de agosto de 2012

Disfrutar

Es simplemente eso.

Hace banda que tenía ganas de sentarme de una buena vez a escribir el diario de viaje de mis vacaciones a Uruguay de este año. De vaga no quería sentar cabeza y ponerme a usar la creatividad y mi buen ingenio para armarlo.

El deseo fue mas fuerte que yo y revolviendo el cuaderno de las anotaciones, recordé un momento esencial de mi cortita estadía en Colonia.

Era un día despejado, hacía mucho calor y me encontraba sola pedaleando por la rambla de Colonia. Estaba un poco melancólica, no me acuerdo el motivo, era como que ni yo misma me podía soportar. Y un determinado momento una persona se acercó a mi a decirme algo que yo necesitaba escuchar.

Estaba muerta de sed y la botella grande de agua estaba vacía, estaba lejos de un kiosco, así que les pedí a unos señores que tomaban mate en unas reposeras en el frente de su casa si me la podían cargar. Era algo como sentarse y ver la vida pasar lo que sentí cuando los vi.

-¿Fría o natural? Me preguntó uno de ellos. El tipo tenía algo de 60 años.
-Si es posible, fría. Le respondí amablemente.

Entró a la casa y a los minutos me acercó la botella llena, con agua fría. Le agradecí. Nos pusimos a hablar de la vida. De porque viajaba sola y de porque no estaba de novia. Y fue ese segundo que la verdad se rebeló frente a mis oídos.

Hace unos años me preguntaba cómo las personas grandes podían llegar a ser viejas y todavía tener ganas de vivir. Debía estar un poco perdida en mi vida, pero lo pensaba realmente en serio. 

El tipo me dijo, te voy a dar un consejo. 

-Disfrutá la vida, no sabés lo lindo que es vivir.

Y ahí entendí todo.

Era tan gratificante que alguien me transmitiera esa sensación, porque va mas allá de las palabras, el tipo lo decía convencido. Y yo en ese día tan existencial, fue como un regalo inesperado. Tengo que admitir, que me dio ganas de vivir. Suena un poco gracioso. 

Y esa idea de DISFRUTAR empezó a dar vueltas por mi cabeza desde hace poco y a partir de ahí, me di el gusto de intentar disfrutar las cosas que se me iban a ir presentando. De sacarle el jugo a cada momento.

El diario de viaje costó mucho tiempo y esfuerzo, pero lo pude terminar y me siento tan contenta por el esfuerzo que puse en poner en vivo esa idea.

Cada vez puedo hacer mas real esta cosa de disfrutar. Es tan lindo poder tomar consciencia de cada momento, en una sociedad que hoy quiere que vivamos acelerados. Como que si uno vive rápido no puede disfrutar del presente, del aquí y el ahora. Y ese aquí y ahora, no se va a volver a repetir.

Vistánme despacio que estoy apurado decía Napoleón.

Mientras mas lento... mejor!











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